La radiación de terahercios (THz) es un tipo de onda electromagnética de alta frecuencia que ocupa una posición intermedia entre la radiación infrarroja y las microondas. La longitud de onda de la radiación THz varía de 1 mm a 0,1 mm, lo que la convierte en una herramienta única en diversas áreas de la ciencia y la tecnología. Una de las principales ventajas de la radiación THz es su capacidad para interactuar con las células del cuerpo humano, activándolas y mejorando los procesos vitales en general.
El cuerpo humano puede tanto absorber como emitir ondas THz. El impacto de la radiación THz en el organismo contribuye a la entrega de una gran cantidad de aniones (iones negativos) a las células, eliminando la acumulación excesiva de iones positivos. Este proceso revitaliza y "recarga" las células, acelerando el metabolismo y aumentando la temperatura corporal. Como resultado, se mejora el estado general del organismo y se aceleran los procesos de recuperación.
Los radicales libres son moléculas con electrones no emparejados que pueden causar daño celular y contribuir al desarrollo de diversas enfermedades. La radiación THz es absorbida por los radicales libres, lo que provoca su calentamiento y destrucción. La eliminación de los radicales libres suprime los factores negativos asociados, favoreciendo la recuperación del organismo.
La radiación THz es segura para los humanos. Es emitida por todos los cuerpos físicos con una temperatura superior a los 10 grados Celsius y tiene una energía equivalente a 1/40 de la luz solar. Gracias a sus propiedades únicas, la radiación THz ha encontrado aplicaciones en medicina, seguridad y otros campos.
Las ondas de terahercios pueden utilizarse para exámenes médicos y diagnósticos no invasivos. Los dispositivos THz son capaces de detectar problemas de salud ocultos, como tumores y procesos inflamatorios, sin el impacto dañino de la radiación ionizante.
La radiación THz se utiliza activamente en controles de seguridad en aeropuertos, estaciones y otros lugares concurridos. En 2014, China desarrolló y probó el primer dispositivo de inspección de seguridad THz, rompiendo el monopolio de las tecnologías europeas y americanas. Estos dispositivos pueden detectar encendedores y drogas ocultos sin afectar la salud humana.
La radiación THz ha sido reconocida como una de las "diez mejores tecnologías que cambiarán el mundo futuro" por el gobierno de los Estados Unidos. Países como Alemania, Suiza, Rusia, Japón y Corea del Sur investigan y desarrollan activamente tecnologías relacionadas con la radiación THz. En 2005, China organizó la "Conferencia Tecnológica Xiangshan" para discutir el desarrollo de tecnologías THz y establecer un plan de avance en esta área. En 2007, la investigación sobre radiación THz se incluyó en el plan principal de desarrollo de investigaciones fundamentales de China.
La radiación de terahercios es una poderosa herramienta para activar células, mejorar el metabolismo y combatir los radicales libres. Su seguridad y eficacia hacen que las tecnologías THz sean prometedoras para aplicaciones en medicina, seguridad y otros campos. El reconocimiento internacional y las investigaciones activas en esta área confirman la importancia de la radiación THz para el desarrollo futuro de la ciencia y la tecnología.